Arte desde Nueva York
El año 2018 el Centro de Documentación de Artes Visuales (CeDoc) emprendió diversas acciones para profundizar sobre la pregunta de las fronteras y los límites. A nivel de investigación, y en el contexto de las conmemoraciones del centenario de Nemesio Antúnez, el CeDoc condujo una extensa labor de análisis y estudio del conjunto de programas radiales «Arte desde Nueva York» conducidos por Nemesio Antúnez (1918-1993) durante sus años como agregado cultural de Chile para Estados Unidos (1965-1969). Se transmitieron semanalmente entre 1967 y 1968 en la Radio New York World Wide y desfilaron por sus micrófonos los más variopintos personajes de la vida cultural latina. El que fuera director del Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile se convirtió en un protagonista privilegiado de todo el proceso de instalación de la contemporaneidad durante los sesenta, con especial interés por la situación de América Latina. Su vida personal, atravesada por viajes y retornos, le permitió conocer la realidad del Cono Sur y participar del quehacer en centros de poder como París o Nueva York.
Al escuchar los programas se pueden revivir los debates artísticos que desembocarían en la práctica de nuevos vínculos entre el arte y la tecnología, los medios y la ciudad. Esto a través de la experimentalidad de creadores emergentes como Rolando Peña, Marta Minujín, Jaime Barrios, Maximiliano Somoza o Enrique Castro Cid. De este mismo modo, en las conversaciones se pueden palpar los lazos de amistad que unían a Nemesio Antúnez con personajes clave como Luis Oyarzún, Ximena Bunster y José Donoso. En cada segundo se hace presente el debate sobre Latinoamérica: de la voz de críticos como Marc Berkowitz, pasando por historiadores del arte como Stanton Loomis Catlin, hasta periodistas como Rita Guibert.
Esta investigación concluyó en la muestra Arte desde Nueva York realizada en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en los meses de abril y junio del 2019. Percibir museográficamente esta constelación de referentes clave de la vida cultural durante mediados del siglo XX representó una experiencia fundamental para expandir nuestra concepción de un país aislado, separado y abstraído de los debates y problemas más importantes del orbe.
El «más lejos» de Raúl Ruiz
Al inicio de la mítica cinta Diálogos de exiliados (1975) de Raúl Ruiz, dos personajes se sientan uno frente al otro en lo que parece ser una oficina pública. Hablando en francés, uno le pregunta al otro su país de procedencia, listando los más diversos rincones del globo y comprobando una paulatina frustración al no poder acertar con la respuesta. En un tono satírico, la película capturó la vida de quienes debieron marcharse repentinamente de Chile para encontrar refugio a lo ancho del mundo. Como instantánea de un momento, esta escena resulta fascinante: nuestro terruño está siempre más lejos (y fuera) de cualquier lugar.
La producción artística nacional se ha inspirado en esta imagen: sea a través de la viñeta del Robinson Crusoe de Eugenio Dittborn, el trozo de hielo para Sevilla 92 o la vista aérea del desierto atacameño en Raúl Zurita, el mensaje es claro: estamos situados en una lejanía, en otro mundo.
Así, el viaje, la mirada y la orientación hacia el centro del planeta ha sido fundamental desde la constitución de nuestra modernidad en el siglo XIX republicano hasta la campante globalización del nuevo milenio. Acicalados académicos europeos que impartieron enseñanzas a curiosos discípulos deseosos de volver los pasos a Roma; pintores becarios que deambularon por el París de la bohemia en busca de la vanguardia del momento; creadores imbuidos de la hermandad latinoamericana de los sesenta; intrépidos contemporáneos desviando las limitaciones de la dictadura para navegar en el multiculturalismo de los ochenta; ágiles cibernautas de las redes globales de las bienales en el siglo XXI.
El final del eclipse
El Centro de Documentación de las Artes Visuales se preocupa de fomentar la investigación artística a nivel nacional, abriendo espacios, enunciando preguntas y movilizando agentes para que nuestro arte sea siempre más rico, nutrido con un pensamiento crítico y vanguardista. El Concurso de Ensayos sobre Artes Visuales es una de las iniciativas más importantes para el fomento de la investigación sobre arte contemporáneo en Chile, y ha permitido explorar y revisar historias, interpretaciones y debates a partir de las fuentes primarias levantadas por el CeDoc desde su apertura el año 2006 –incluidas las que han sido entregadas globalmente por iniciativa del Archivo Digital. Con siete versiones realizadas, siete libros publicados, veintitrés ensayos publicados, este concurso se ha preocupado de apoyar la trayectoria de los investigadores/as más jóvenes que se han aventurado a repensar nuestra historia reciente vinculando imágenes con textos de la época, catálogos perdidos, libros de artista, prensa de antaño, fotografías de autor y documentos audiovisuales recuperados, todas fuentes imprescindibles para reencontrarse con las décadas precedentes y con periodos tan complejos como la dictadura y la transición a la democracia.
La octava versión del Concurso de Ensayos sobre Artes Visuales, en su convocatoria 2018, llevó por título «El arte chileno más allá de sus fronteras» y buscó encender en la pléyade de investigadores la chispa por rastrear la presencia e influencia de curatorías, migraciones, intercambios y redes dentro de un contexto de mundo amplio. Así, las preguntas por la Guerra Fría y la geopolítica, el multiculturalismo y el regionalismo, la migración y el exilio, se vuelven claves para reposicionar la presencia de nuestros artistas en el concierto de bienales, ferias, envíos y plataformas internacionales. A su vez, el concurso, en su dimensión contemporánea, abrazó la interdisciplinaridad experimentada por el arte visual con campos como la arquitectura, la danza, la literatura, el cine, el activismo y la cultura de masas, entre muchos otros. De este modo, las fronteras no solo son aquellas de la cartografía global sino también las que dibujan las barreras de los objetos y las prácticas, entendiendo que las mayores fracturas se han producido durante la salida del marco, del pedestal y del museo.
Un jurado de expertos latinoamericanos, integrado por Luis Camnitzer, María José Delpiano y Gerardo Mosquera, seleccionó seis ensayos ganadores que representan las nuevas firmas autorales para una renovada disciplina de la historia del arte, ahora cada vez más pendiente de los cruces latinoamericanos y de las tensiones con el centro. Los escritos abordan temáticas tan significativas como la presencia del arte chileno en los últimos años de la Alemania Oriental, como lo fue el caso de Darío Quiñonez (Francisca García), que perfectamente puede establecer un diálogo con los primeros años de la resistencia post-Golpe en la obra de Cecilia Vicuña (Paulina E. Varas). En sus aproximaciones se cruzan prácticas y desvíos, a veces sutiles, como el arte correo de Guillermo Deisler, otras veces monumentales, como los envíos transnacionales de Robert Rauschenberg (Camila Estrella). Por otra parte, los textos presentan prácticas de expansión del campo artístico tales como la escultura de sitio específico de Claudio Girola (Magdalena Dardel), la activación de los archivos de la memoria en Voluspa Jarpa o en la transgresión de los límites de Francisco Papas Fritas (Raíza Ribeiro Cavalcanti). Finalmente, en el espíritu de los tiempos, este concurso sumó la voz de los propios creadores en su continua reflexividad, específicamente en el caso de obras mediales (Renzo Filinich Orozco).
El Centro Nacional de Arte Contemporáneo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio ha sido concebido como un laboratorio vivo de experimentación que sirva al beneficio de la escena en su conjunto, con especial énfasis en su carácter nacional e internacional. En sintonía con esta misión, el Centro de Documentación de las Artes Visuales se ha preocupado de prestar atención a la situación de los investigadores/as que gracias a becas del Estado (Conycit) o a becas externas han logrado circular a nivel global en busca de nuevas historias sin contar ni ser escritas. Como parte de su misión, encomendada por la Política Nacional de Artes de la Visualidad 2017-2022, el CeDoc, en conjunto con la Macro Área de Artes de la Visualidad, se ha aventurado a la tarea de posicionar el arte chileno a nivel internacional. Esto ha significado la realización de importantes instancias de pensamiento crítico sobre la internacionalización, sea a partir de conversatorios, residencias, workshop, seminarios, envíos –siendo el más reconocido el Pabellón chileno en la Bienal de Venecia–, sea mediante plataformas que permitan que la brillante labor de curadores, críticos, investigadores y artistas pueda tener la resonancia internacional que merece. En este sentido, nuestro principal foco ha estado puesto en la consolidación de redes latinoamericanas que nos permitan intercambios con instituciones como la Fundación Espigas, el Festival Videobrasil, el centro de estudios TEOR/éTica, entre muchas otras.
Tenemos que reconocernos cada vez en el reflejo del otro, ya se trate de nuestros vecinos del Cono Sur, o de quienes con curiosidad observan la situación de Chile en una época de profunda globalización. Los problemas étnicos, religiosos, económicos, políticos y medioambientales permean la práctica artística en nuestro terruño y así lo ha demostrado la creación contemporánea de artistas como Claudia del Fierro, Enrique Ramírez, Nicolás Rupcich, Marcela Moraga, Claudio Correa, Nicolás Franco y tantos otros/as que se inmiscuyen sin temor en los resquicios donde lo local se difumina con lo global. Nuestro más profundo deseo es que este libro permita correr el velo que se ha dispuesto en el imaginario local respecto de un terreno, como dice el personaje de Diálogo de exiliados, situado «lejos, más lejos». Quizás no se haya logrado del todo, pero nuestra labor es intentarlo, incansablemente.
Ignacio Szmulewicz R.
Coordinador del Centro de Documentación de las Artes Visuales