Este coloquio forma parte del proyecto de investigación del mismo nombre dirigido por David Maulen de los Reyes y que ha recibido el apoyo del Fondart, en su convocatoria 2019. Propone una instancia de discusión abierta a la ciudadanía, desde perspectivas recientes, sobre lo que podría haber significado el proceso de consolidación de la reforma de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Chile, desde su gestación en el Campus Beauchef, en la Comuna de Santiago Centro, a mediados de los años cuarenta, para luego trasladarse a fines de los años cincuenta e inicios de los años sesenta, al contexto territorial aledaño al Centro Nacional de Arte Contemporáneo. A su vez, busca posibilitar el acceso al público en general de los avances de la investigación y de los antecedentes recabados, sometiéndolos a revisión y discusión por parte de diversos/as especialistas y académicos/as.
La reforma de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Chile, implementada desde 1946, significó el hito más trascedente en cuanto a la asimilación de los movimientos de vanguardia propios de las disciplinas proyectuales, que venían dándose en el mundo después de la primera guerra mundial.
No fue un proceso sencillo, lo antecedió dos décadas y más, en las que los vanguardistas chilenos en educación, arte, arquitectura y diseño, intentaban consolidar planteamientos que combinaran los avances de las llamadas “vanguardias históricas”, con los desafíos del país y la región.
Finalmente, cuando se produce el movimiento de estudiantes que logra imponer los cambios en 1946. Este modelo toma de primera mano las experiencias más avanzadas en la materia desde las diferentes perspectivas que el movimiento moderno y sus vanguardias habían planteado para la arquitectura, desde las ideas de Le Corbusier, las diversas herencias de la Escuela Bauhaus, los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna CIAM, los Congresos Panamericanos de Arquitectura, los movimientos de reforma educativa en la Universidad de Córdova en Argentina y en la República Española, las políticas de industrialización y descentralización, y en general los diversos factores que identificaban al movimiento moderno internacionalista de la arquitectura con un movimiento de transformación social. Y desde ahí, a través de la Universidad, se va extendiendo en todo el paisaje urbano chileno, hasta inicios de los años setenta.
Fue un movimiento íntegramente conectado con el modelo de estado desarrollista, y desde una matriz interdisciplinaria marcó un nuevo sentido no solo nacional, sino que regional de “proyectar el espacio público como un organismo vivo, de múltiples factores entrelazados”.
Por diversos factores, este proceso es poco conocido en Chile, por lo que esta investigación entrega los resultados de un año de sistematización de avances anteriores, y conclusiones recientes que disponen estas experiencias al análisis y discusión de lo que pudo haber sido, y de lo que podría ser, el desarrollo de las disciplinas proyectuales en nuestro país a partir de las ideas y propuestas en éste se sustentaba.