jueves 10 de noviembre de 2022
Rodrigo “Geno” Muñoz Carreño (1953), fotógrafo chilote independiente, constituye un referente obligado de la memoria visual del archipiélago del sur de Chile. La amplitud de su fotografía documental abarca la macrozona sur austral en lo territorial. En lo simbólico, la tradición chilota, huilliche, arriera, y en lo estético circula lo que Leiva (2010) denomina “la estética del desacato”, para instalarse en la profundidad de la mirada testimonial o documental, con plena consciencia de la caducidad y la esperanza de crear una dimensión donde parte de la experiencia permanece sin pasado ni presente, sin más contexto que el observador, capturada en un instante infinito.
La obra de Muñoz sigue los recovecos de una biografía en la que pone a disposición sus ojos, su manera de mirar, para adentrarnos en las huellas o los vestigios de un tiempo de transformaciones en que lo tradicional va experimentando límites confusos con la modernidad hasta desfigurarse. Su fotografía es en este sentido un registro del cambio, de la destrucción del pasado. Quienes vean hoy sus fotografías estarán –hasta cierto punto– obligados a construir una memoria historizada del tiempo de esos otros que nos antecedieron y, con el soporte de esta memoria, comprender y trazar un horizonte de sentido para nuestro propio tiempo.
Desde luego este ejercicio que la obra de Geno Muñoz hace con la memoria, no busca (aunque pueda lograrlo) solo la reconstrucción imaginaria de las vidas de los retratados y sus ambientes o escenas, sino es también una forma de visibilización de los olvidos y los olvidados por “quienes determinan las zonas desechables de la historia” (Mansilla, 2009), en tanto releva el territorio y su gente, al tiempo que ilumina los rostros, faenas, símbolos y ceremonias de aquellos que no son profetas en su tierra. A esto nos referimos al plantear que su obra tiene domicilio, está situada en un territorio que es físico, político y simbólico.
Rodrigo Muñoz nació en Coyhaique el 4 de febrero de 1953, mas se trasladó a temprana edad a vivir a la ciudad de Ancud en Chiloé, donde dos décadas más tarde se convertiría- de acuerdo a su amiga y coterránea Rosabetty Muñoz- en el fotógrafo del pueblo.
En la década del 70, tras un paso interrumpido por la Universidad Técnica del Estado de Castro, a causa del Golpe Militar, conoce por primera vez a un fotógrafo, Humberto Soto, en cuyo estudio Rodrigo Muñoz realizó sus primeras capturas y aprende los rudimentos del oficio.
Casi diez años más tarde y luego de instruirse de manera autodidacta capturando matrimonios, bautizos, y otras celebraciones de pueblo, hasta montar su propio estudio y tras breves pero constantes pasos por Santiago a cursos de fotografía, Muñoz realiza su primera exposición individual “Pobladores sin casa” (1982). Esta muestra es una declaración de compromiso que retrata el ambiente social de la época en las tomas de terreno en la ciudad de Ancud, pero también refleja la influencia de su previo contacto con fotógrafos como Luis Poirot, Ricardo Astorga, Jorge Ianisewsky, Héctor López, entre otros miembros de la recién fundada Asociación de Fotógrafos Independientes, AFI (1981).
De esta experiencia y contactos, de este influjo que es legado hasta cierto punto de la AFI en tanto impulsan el desarrollo fotográfico autoral en todo el país, surgen en Muñoz dos líneas de trabajo durante los `80: la fotografía periodística, colaborando con distintos medios e instituciones como el Fortín Mapocho, Revista Análisis, Revísta Apsi, Suplementos del Diario La Tercera y la Vicaría de la Solidaridad; y los viajes de reconocimiento por Chiloé influenciados por Waldo Oyarzún, con quien desarrolló una relación de amistad y también de discípulo-maestro.
En sus viajes documenta personas, lugares, flora y fauna de la isla, arquitectura, ceremonias, paisajes, sin volver a exponer como artista. En esta etapa, Muñoz reconoce la fuerte influencia de Antonio Quintana en su trabajo documental donde predomina el retrato.
En lo social, esta es una etapa de trabajo colaborativo para los artistas y el mundo de la cultura disidente de la dictadura a lo largo de todo el territorio nacional y Ancud no fue la excepción. La presencia de Juan Luis Ysern como Arzobispo de Ancud y el trabajo de la Fundación de Defensa de Chiloé en la comuna reunió en más de una ocasión a Rodrigo con algunos coterráneos y otros contemporáneos como Rosabetty Muñoz, Amador Cárdenas, Rosario Hueicha, José Ulloa, Jorge Lobos, Edward Rojas, entre otros.
En la década del `90, tras el retorno de la democracia se abren oportunidades distintas para los artistas en regiones a través del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y Muñoz aprovecha estas instancias para complementar su formación artística, periodo en que reconoce especialmente la disciplina y estructura entregadas por el fotógrafo Héctor Ríos en la Universidad Austral de Chile. De esta década surgen dos exposiciones “Artilugios de Muerte en Chiloé” (1995) dedicada al universo simbólico de los artefactos mortuorios característicos del Archipiélago; y “Oficios del Bordemar” (1998) una colección de personajes con oficios tradicionales en el archipiélago de Chiloé como mariscadores, carboneros, ceramistas, entre otros.
La amplitud de la obra de Rodrigo Muñoz continúa desplegándose con “Gente del sur” (2001), testimonio gráfico de diferentes comunidades Huilliche del archipiélago de Chiloé entre los años 1980 y 2001; “Cultores musicales de Chiloé” (2002), serie de retratos a cultores e intérpretes de la música tradicional folclórica de Chiloé; “El cotidiano oculto” (2004), conjunto de fotografías que reflejan sucesos diarios fugaces que suelen pasar inadvertidos. Esta serie incluye también imágenes oníricas, productos del inconsciente, una especie de síntesis del mundo exterior e interior. “Mitos del Cielo” (2007), que registra mitos de ornitomancia en la cultura chilota; y “Chelenco” (2009), proyecto que buscaba señales de la cultura chilota en la región de Aysén, su región natal, la cual visita en una suerte de búsqueda de sus propios pasos.
A partir del 2009, y hasta el 2013, su interés se desplaza a la arquitectura chilota-alemana y de esta fijación temporal surgen tres libros en coautoría con Alejandra Meza que lo desprenden un poco de la Isla Grande para recorrer la cuenca del Lago Llanquihue, la ribera del Calle Calle y las centenarias ruinas de Osorno. En el 2013 sin embargo, las memorias de Chonchi y Achao lo devuelven a Chiloé con los proyectos “Chonchi: imágenes del pasado” y “Casas y hogares de Achao”, hasta publicar en el 2015 “Los pájaros secretos” con lo cual cerraría el círculo de los pasos perdidos.
Como advierte Susan Sontag (2003), en su discurso “Fotografía, breve suma”, la fotografía constituiría el principal medio de ampliación del mundo, y cumple Muñoz en su entrega, que es una suerte de estrategia para decir al mundo: “esto también existe y es todo humano”. No obstante, es también fragmento de lo que existe, apariencia e interpelación al observador respecto de qué hacer con estas “realidades” que se vuelven visibles y sorprenden con frescura en un mundo que –atestado de imágenes– parece perfectamente conocido.
Las lecturas sucesivas y simultáneas de sus capturas muestran que la fotografía documental de Muñoz no solo es capaz de presentar sectores de la vida a los que es muy difícil llegar o conocer, sino también renuevan la experiencia del espectador en este espacio abierto al tiempo cronológico y utópico, porque sus imágenes no portan un significado específico, son lo que Orellana denomina “recuerdos de un extraño total que se prestan para cualquier uso” (Orellana, 1983). No obstante, de alguna manera misteriosa, nunca permiten que se marchite la emoción que nos lleva a preocuparnos por lo que vemos.
Bibliografía
Leiva, Gonzalo. Multitudes en sombras AFI. Santiago: Editorial Ocho libros, 2010, Impreso.
Mansilla Torres, Sergio. Cuando la memoria poética documenta la historia no todo lo sólido se desvanece en el aire. ALPHA N° 28 Julio 2009 (45-63). Versión PDF en línea: http://alpha.ulagos.cl
Marchant Orellana Riobó. Paz Errazuriz. Ediciones económicas de fotografía chilena. Nº3, Septiembre1983.
Muñoz Serón, Rossabetty. “De la urgencia por retener un tiempo” en Chiloé seis artistas plásticos. Fondo Nacional de Desarrollo de las Artes, Ancud: El Insular, 2007.
Sontag, Susan. “La fotografía, breve suma”, discurso 2003 en La Jirafa con Tacones. Revista de Comunicaciones N° 12, Año II (junio-agosto 2006). Versión PDF en línea: www.fusion3.com.ar/lajirafacontacones/numero12/N12- COMUNICACION.pdf [13 mayo 2008].