martes 27 de septiembre de 2022
El Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio del Gobierno de Chile, el Ministerio de Turismo del Brasil, la Fundação Bienal de São Paulo e Itaú invitan a la exposición, que será inaugurada el 1 de octubre y estará abierta hasta el 27 de noviembre en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo. La itinerancia busca llevar la Bienal hacia ciudades de Brasil y el extranjero
Santiago de Chile es la primera ciudad fuera de Brasil que acoge una exposición itinerante de la 34ª Bienal de São Paulo – Hace oscuro pero canto, que se inaugurará el sábado 1 de octubre en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo de Cerrillos (CNAC) permaneciendo abierta al público de forma gratuita hasta su cierre el 27 denoviembre de este año. El arribo de la muestra forma parte de una alianza entre la Fundação Bienal de São Paulo y el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile.
“Acoger esta muestra, haciendo partícipe a la ciudadanía, responde a la visión de hacer del arte una conexión social y afectiva, de reflexión crítica sobre nuestro tiempo y de la capacidad de imaginar y comunicarnos a pesar de la oscuridad, como diría Thiago de Mello cuyo verso tan bien sintetiza la voluntad de los curadores de esta edición de la Bienal de São Paulo. Se trata de una de las iniciativas que estamos propiciando para generar un territorio común con otros países latinoamericanos buscando potenciar nuestras escenas y las preguntas que nos movilizan”, señala la Subsecretaria de las Culturas y las Artes, Andrea Gutiérrez.
El programa de itinerancia de la Bienal de São Paulo cumple este año su sexta edición, con antecedentes en la 33ª Bienal (2019) cuando se recorrieron ocho ciudades llegando a más de 170.000 visitantes: «El programa apuesta por el arte y su impacto positivo en el ámbito de la educación y la ciudadanía. Las alianzas con las instituciones de cada lugar permiten que el trabajo se difunda más allá del circuito artístico de la ciudad de São Paulo, alcanzando otras perspectivas y nuevas sensibilidades. Además de las exposiciones, la iniciativa incluye acciones educativas y de divulgación, en línea con la misión de la Fundação de integrar la cultura y la educación en la vida cotidiana», afirma José Olympio da Veiga Pereira, Presidente de la Fundação Bienal de São Paulo.
La exposición en CNAC corresponde a una selección de más de cincuenta obras de 13 artistas de la 34ª edición de la Bienal (2020-2021) especialmente pensada para Chile por el curador Jacopo Crivelli Visconti, entre las cuales se encuentran piezas de los chilenos Seba Calfuqueo y Alfredo Jaar. Cabe destacar que en dicha oportunidad la participación nacional contó con el apoyo del Mincap y del Ministerio de Relaciones Exteriores.
La 34° Bienal de São Paulo, Faz escuro mas eu canto [Hace oscuro pero canto] tiene a Jacopo Crivelli Visconti, italiano residente en Brasil, como curador general de la exposición y el equipo curatorial se completó con Paulo Miyada, curador adjunto, y Carla Zaccagnini, Francesco Stocchi y Ruth Estévez, curadores invitados. En la capital chilena, la exposición se articula en torno a los cantos del pueblo Tikmũ’ũn, que a mediados del siglo XX estuvo a punto de extinguirse al ser desplazados de su territorio de origen ubicado en el sureste de Brasil. Para los pueblos del mundo, los cantos organizan la vida diaria al referirse al entorno, su cotidianeidad, saberes y cosmología.
«Llegamos a Santiago con el enunciado de los Cantos Tikmũ’ũn que reconoce la urgencia de los problemas que desafían la vida en el mundo actual, reivindicando la necesidad del arte como campo de resistencia y transformación. Este recorte pone en fuerte evidencia el poder del canto, tanto en sentido literal como metafórico: en su práctica, el esfuerzo comunitario se renueva constantemente para construir colectivamente un universo»,explica Jacopo Crivelli Visconti, curador de la 34ª Bienal de São Paulo.
Bajo esta premisa, los artistas chilenos han preparado una intervención especial. En la inauguración, Seba Calfuqueo realizará una performance y Alfredo Jaar rediseñará su obra Chiaroscuro con nuevos colores y la traducción de la cita al castellano. La exposición incluye obras de Victor Anicet (Martinica), Adrián Balseca (Ecuador), Jaider Esbell (Brasil), Noa Eshkol (Israel), León Ferrari (Argentina), Gustavo Caboco (Brasil), Joan Jonas (Estados Unidos), Hanni Kamaly (Noruega), Frida Orupabo (Noruega), Gala Porras-Kim (Colombia) y Alice Shintani (Brasil).
Para Soledad Novoa, directora del CNAC, la muestra “Nos brinda la oportunidad para reflexionar sobre nuestra relación con las culturas ancestrales mediante una polifonía de voces que conecta distintos puntos de esta región del mundo”.
Hace oscuro pero canto
Faz escuro mas eu canto [Hace oscuro pero canto] es un verso del poeta brasileño Thiago de Mello (Manaos, 1926-2022) publicado en 1965, que se remonta a algunos años anteriores cuando se sentía el frescor de la reforma agraria en Brasil. Habla del laborioso afán del campesinado y su canto de esperanza. Sin embargo, a contar del golpe de Estado cívico-militar de 1964 la frase adquiere nuevos significados conforme los conflictos de la región y el mundo continúan surgiendo desde arraigadas violencias.
“Decidimos llamarla Hace oscuro pero canto porque en la oscuridad también hay rincones. Porque las voces que cantan se escuchan sin luz. Porque creemos en la importancia del canto, en esa manera de decir las cosas que encajan en el verso, en el poder del estribillo sobre la memoria y del ritmo sobre la sangre, en el impulso de ovacionar de pie. En la fuerza del coro. Está oscuro, así que cantemos» escriben los curadores en Correspondencia #2 material que forma parte del proyecto editorial de la 34ª Bienal de São Paulo.
Así se vincula el cantar del pueblo indígena Tikmũ’ũn o Maxakali, quienes fueron víctimas de violencia y abusos al punto de perder sus tierras ancestrales, ubicadas entre los actuales estados de Minas Gerais, Bahía y EspírituSanto, y quedar al borde de la extinción. Gran parte de esos cantos eran colectivos y se usaban en ceremonias de sanación.
En el contexto de una exposición concebida en torno a la necesidad y al poder del canto, tanto en sentido literal como metafórico, el ejemplo de los Tikmũ’ũn resuena de modo potente, incluso desde un punto de vista político: ensu práctica, el esfuerzo comunitario se renueva constantemente para nombrar y así construir colectivamente un universo.
En la itinerancia de la 34ª Bienal de São Paulo y en torno a este enunciado se agrupan obras que tienen entre sus detonantes reflexiones sobre la necesidad de preservar el medio ambiente y salvaguardar las culturas y los conocimientos que son transmitidos oralmente de generación en generación, como los propios cantos Tikmũ’ũn.