miércoles 17 de octubre de 2018
Caroll Yasky[1]
El Museo Internacional de la Resistencia Salvador Allende (MIRSA) surge desde el contexto del exilio chileno como una iniciativa de activismo político-artístico para contrarrestar y denunciar públicamente el régimen dictatorial golpista que se impuso en Chile el 11 de septiembre de 1973. En su primera circular de diciembre 1975, el MIRSA menciona entre sus finalidades: “ayudar a la resistencia en Chile en nuestra lucha contra la junta militar fascista”, ser “un instrumento de agitación y propaganda de masas”, y “un instrumento político y financiero”[2] (Contreras, 1975).
Los principales gestores del Museo de la Solidaridad —que había operado en Chile entre 1971 y el golpe de Estado— fueron quienes desde el extranjero replantearon la continuidad del modelo solidario de donaciones de obra de artistas relevantes de la escena internacional a una causa común y, en el contexto de esta nueva etapa histórica, constituyeron el Secretariado General del MIRSA en París, Francia, en 1975. Este fue presidido por el crítico de arte brasileño Mário Pedrosa y conformado por quienes habían sido autoridades de la Facultad de Artes y el Instituto de Arte Latinoamericano (IAL) de la Universidad de Chile[3] antes del golpe: José Balmes, Pedro Miras y Miguel Rojas Mix. A ellos se sumó Miria Contreras, ex secretaria de Salvador Allende quien asumió el secretariado ejecutivo desde La Habana, con el apoyo institucional de Casa de las Américas[4]. Contreras ejecutó la coordinación del proyecto para lo cual fue fundamental su puesto en la agencia de viajes estatal Havanatour que le permitió realizar periódicas visitas a distintos países para así incentivar la incorporación de nuevos adherentes y promover las actividades político-culturales que se realizaban. Esto, especialmente en el marco de las inauguraciones de las exposiciones celebradas en fechas conmemorativas para la comunidad chilena en el exilio. En Francia, la figura jurídica del MIRSA se estableció en 1976 a través de la Association Musée Salvador Allende, presidida por el crítico de arte Jacques Leenhardt, miembro del Comité de apoyo francés quien además figuraba como parte del Secretariado General del MIRSA en documentos de 1977 y 1981[5].
El MIRSA fue plural y polifónico, nómade e itinerante, tuvo una organización descentralizada, sustentada gracias a redes solidarias fundamentadas en lazos de afecto, complicidad e intereses mutuos entre personalidades destacadas del ámbito político, cultural y artístico de cada país, como también de asociaciones civiles, políticas, gubernamentales y gremiales. Distintas iniciativas de organización se implementaron siendo los más conocidos los denominados Comités de Apoyo. Estos estaban conformados por destacadas figuras del ámbito artístico, político e intelectual de cada país, quienes con sus nombres validaban el llamado a donar obras y la relevancia simbólica del proyecto. Al soporte extranjero se sumó el de los exiliados chilenos, siendo protagónica la participación de quienes formaron parte del gobierno de Allende, en particular la figura de Hortensia Bussi, invitada principal a las inauguraciones del MIRSA que se realizaban en distintas ciudades.
Gracias a la solidaridad y compromiso de distintos agentes desde 1976 se fueron articulando los fondos artísticos del MIRSA en Cuba[6], Panamá, Colombia, Francia, México, España, Suecia, Polonia, Finlandia y Argelia (en orden cronológico), siendo la diversidad el sello que caracteriza, complejiza y enriquece la colección de 1161 obras donadas hasta 1990.
La participación de los artistas trascendió la donación de obras siendo un motor fundamental para su funcionamiento. En Francia, el argentino Julio Le Parc facilitó contactos de otros artistas para solicitarles donaciones y guardó en su taller parisino durante años un cuantioso conjunto de obras del fondo francés hasta su traslado final a Chile en 2006. Por otro lado, Joan Miró permitió que su Fundación en Barcelona alojara la primera exposición del MIRSA en España en 1977. Como estas, distintas iniciativas fueron amplificando el llamado a renovar el compromiso con el ideario de la Unidad Popular en el exilio, ahora desde la resistencia.
Muchos artistas consagrados que donaron al Museo de la Solidaridad volvieron a hacerlo al MIRSA: Adigio Benítez desde Cuba; Eduardo Chillida, Equipo Crónica y el ya mencionado Joan Miró desde España; Myra Landau y David Alfaro Siqueiros desde México, entre otros. A ellos se sumaron nuevos nombres como Pierre Soulages, Wilfredo Lam y Kjartan Slettemark, y las donaciones de chilenos como Guillermo Núñez, Ricardo Mesa y Gracia Barrios.
El cuantioso y heterogéneo conjunto –en términos materiales, técnicos y estilísticos– comprende pinturas, grabados, dibujos, esculturas, textiles, collage y fotografías, en orden cuantitativo. Siguiendo la línea de donaciones recibidas por el Museo de la Solidaridad, vuelven a estar presentes en la colección de este periodo obras informalistas, abstractas —especialmente en su variante geométrica—, cinéticas, neofigurarivas, gráficas al servicio de propaganda política y, en menor grado, piezas experimentales y conceptuales. A ellas se suman casos atípicos, como la incorporación de molas y arpilleras provenientes de Panamá y Chile, piezas textiles entregadas como gestos simbólicos de representatividad indígena y popular.
Ciertas temáticas se repiten transversalmente en las obras —ya sea en títulos y/o imágenes—, dando cuenta del contexto histórico en el cual se conformó esta colección y su objetivo político, así como también el motivo de denuncia de parte de los artistas: la guerra de Vietnam, la Guerra Fría, el intervencionismo de Estados Unidos en Latinoamérica y otras regiones, escenas de represión y violación a los derechos humanos, homenajes a Salvador Allende y al pueblo chileno, repudio a Pinochet y a los miembros de la Junta Militar, entre otros[7].
Si bien se apreció por parte de todos los colaboradores en distintos países, la aplicación de un criterio transversal de selección que buscaba aunar la presencia de artistas consagrados y emergentes, como también resguardar la representatividad de distintas tendencias artísticas, hubo casos en que la participación de directores y/o curadores de museos de arte en los comités de selección marcaron la diferencia. Así fue en Colombia, con Marta Traba, directora del Museo de Arte Moderno en Bogotá; México, con Fernando Gamboa, director del Museo de Arte Moderno en Ciudad de México; Suecia, con Björn Springfeldt y Monica Nieckels, director y curadora del Moderna Museet de Estocolmo; y Polonia, con Ryszard Stanislawski, director del Museo de Arte de Lodz.
Por último cabría notar que los lugares de exhibición fueron variando según el país y en muchos casos las muestras se realizaron en espacios ajenos al circuito artístico, siendo el hito excepcional y culmine del MIRSA la presentación de sus fondos franceses en el Centro Georges Pompidou en 1983, con la muestra Chili, lorsque l’espoir s’exprime.
El Museo Internacional de la Resistencia Salvador Allende dejó de operar en 1990 con el retorno de la democracia a Chile. Desde 1991 sus fondos patrimoniales se unieron a los fondos del Museo de la Solidaridad y están alojados en la colección del Museo de la Solidaridad Salvador Allende.
Bibliografía
Lista de imágenes
[1] Caroll Yasky (1971) es historiadora del arte de la Universidad de Chile, ha trabajado en museos de arte en Santiago desde 1999 cuando ingresó al MAC de la U. de Chile donde se desempeñó como encargada de comunicaciones (1999-2005), editora de publicaciones (2006-2007) y encargada de colección (2007-2013). Obtuvo una maestría en Administración de Museos y Galerías de City University of London en 2002, becada por British Chevening/Fundación Andes. Desde 2013 es coordinadora del área de Colección del Museo de la Solidaridad Salvador Allende. Su trabajo cruza la investigación, curaduría y conservación de colecciones de arte. Proyectos recientes: “Debut, 43 obras se reencuentran con su Colección”, cocuraduría con el área de Archivo, exposición anual MSSA 2018; “Utopía y crisis», exposición anual de la colección MSSA 2017; “Catálogo razonado Resistencia MSSA (1975-1990)”, Fondart 2014-2016; y “Catálogo Razonado MAC”, Fondart 2012, formulación y coordinación de su ejecución durante sus dos primeros años.
[2] Si bien la venta de obras se planteó en los inicios del MIRSA como una fuente válida de financiamiento para la resistencia en Chile, fue una práctica altamente cuestionada y por ello dejó de emplearse. Hay registro de obras vendidas entre 1976 y 1977 en México y Colombia.
[3] El Museo de la Solidaridad estuvo alojado administrativamente en el IAL ya que nunca alcanzó a contar con sede ni personalidad jurídica propia.
[4] Casa de las Américas fue fundada a cuatro meses de la Revolución cubana en 1959 como una institución cultural no gubernamental con el fin de promover el intercambio cultural de Cuba con Latinoamérica, el Caribe y otras naciones. Tuvo estrecha relación con el IAL durante el gobierno de la Unidad Popular.
[5] Documentos de la conformación de la asociación en Francia, disponibles en el Archivo MSSA. En términos administrativos las donaciones de obra al MIRSA, a diferencia del Museo de la Solidaridad, se documentaron en algunos países a través de fichas estandarizadas de registro que eran llenadas por los artistas. En el Archivo MSSA se conservan fichas producidas en Francia y España.
[6] Cuba particularmente funcionó como un centro de acopio de obras de distintos países a la espera de la llegada de la democracia en Chile. Sus fondos incluyen donaciones de Bulgaria, Mongolia y la Unión Soviética, entre otros.
[7] Para mayor información sobre el MIRSA, su historia y colección, revisar: Museo Internacional de la Resistencia Salvador Allende 1975-1990. Ed. Caroll Yasky y Claudia Zaldívar. Santiago: Museo de la Solidaridad Salvador Allende, 2016. Disponible en http://mssa.cl/publicaciones/museo-internacional-de-la-resistencia-salvador-allende-mirsa-1975-1990/
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