viernes 10 de noviembre de 2017
Reflexiones sobre problemas contemporáneos, las migraciones y el paisaje como reflejo de nuestra sociedad, plantean los artistas Máximo Corvalán-Pincheira y Enrique Ramírez en dos exposiciones que se inauguran el 11 de noviembre en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo Cerrillos.
El Centro Nacional de Arte Contemporáneo Cerrillos presenta la última exposición de su calendario 2017 inaugurando el sábado 11 de noviembre con dos artistas de destacada trayectoria: «Trazo Mutable», de Máximo Corvalán-Pincheira, y «Estamos aquí, sobre la tierra y bajo el cielo», de Enrique Ramírez, con la curatoría de Luz Muñoz.
La mirada de los dos proyectos, que suman trece obras, invita a los ciudadanos a reflexionar sobre problemas contemporáneos. No es casual que se haya elegido el Centro Nacional de Arte Contemporáneo de Cerrillos, para que estos artistas reflexionen sobre la migración de personas en el mundo y el paisaje afectado por la sobreexplotación, la privatización de recursos y la extinción de especies animales y vegetales. “El CNAC, emplazado en la comuna de Cerrillos, se ha abierto a pensar las problemáticas contemporáneas desde el contexto del arte, espacio necesario en una comuna donde confluyen hoy una diversidad de orígenes y de mundos”, plantea Luz Muñoz, la curadora radicada en Barcelona.
Desde los espacios de la poética y estética del arte, Corvalán-Pincheira y Ramírez proponen un dialogo abierto con los ciudadanos. Y, a partir de sus obras, invitan a la reflexión sobre dos temas centrales. Las migraciones, abordadas por Corvalán-Pincheira con las ocho obras (videos, performance, instalaciones, obras escultóricas, fotografías) y los archivos que conforman «Trazo Mutable». A partir de un laboratorio nómada, el artista ha viajado por tres continentes (Asia, Europa, América), y el fruto es su investigación sobre la inmigración en el contexto global. «Corvalán-Pincheira visibiliza las migraciones contemporáneas desde tres contextos geopolíticos: el mundo asiático, desde Corea; el Mediterráneo, desde España, y una mirada al continente americano desde Chile y México, con la realidad de los inmigrantes”, explica Luz Muñoz.
El proyecto de Enrique Ramírez, Estamos aquí, sobre la tierra y bajo el cielo, «es una invitación a resignificar la relación del hombre con la naturaleza a través de tres momentos: la sobreexplotación de los recursos naturales; la visibilizarían de la biodiversidad y la invitación a reaprender la relación con la tierra que hemos perdido, explica Luz Muñoz, la curadora.
Una de las cinco obras de su proyecto «La tierra, el alma y sus restos» es un espejo de agua con troncos semisumergidos, que provienen de árboles quemados en los incendios forestales del verano de 2017 en Chile. «El tiempo y la colección de las cosas», una videoinstalación es un recorrido poético y político por la geografía de América del Sur, que incluye imágenes del Alerce de 3.646 años, el árbol más longevo en su especie del continente, ubicado en el Parque Nacional de Alerce Costero, en la Región de Los Ríos. Un tercer proyecto invita a la comunidad a recuperar su relación con la tierra y trabajar desde lo común. «La chacra» es una obra viva que se compone de un jardín de plantas comestibles, plantas medicinales, plantas nativas diversas y flores, emplazada en el jardín posterior del Centro Nacional de Arte Contemporáneo Cerrillos.