lunes 8 de agosto de 2022

La fotografía en búsqueda de sentido: primera Escuela Municipal de Fotografía en Graneros

Por Elisa Cárdenas Ortega

 A pura convicción y compromiso con las comunidades se ha mantenido el Festival de Fotografía de la Sexta Región FEFS, logrando –desde lo local y pandemia mediante– un hito tan anhelado como es la creación de una primera Escuela Municipal de Fotografía, en la ciudad de Graneros.

 

Taller de Fanzinotipia (2018) realizado en el Liceo Francisco Tello Gonzalez, Rancagua, actividad enmarcada dentro de los talleres gratuitos que se realizan para la comunidad dentro de las actividades que realiza el FEFS

 

En la actualidad las imágenes van y vienen en las plataformas digitales, imágenes que documentan hechos e imágenes abiertamente trucadas, imágenes públicas y privadas que inundan las redes sociales, selfies, retratos retocados, photoshopeados, filtros para todos los gustos que ornamentan o alteran las imágenes. A nadie le importa demasiado el apego a lo real ni tampoco la originalidad; en nuestros tiempos, el mundo de la imagen sobreexplotó y cambió paradigmas. En este contexto, ¿qué sucede con la fotografía? Si con un Smartphone en mano todos podemos ser productores de imágenes, ¿qué entendemos hoy por “fotografía de autor”? Y ¿qué hay de la fotografía en Chile?

Son muchos los textos y el material crítico en torno a este escenario global nunca antes experimentado. Se ha hablado del Homo Photographicus[1] y de la postfotografía[2]; en forma simultánea, entre quienes se desenvuelven en este sector, subsisten (y resisten) los festivales, las ferias, exposiciones y las publicaciones de fanzines y fotolibros. En Chile han cobrado importancia el Festival Internacional de Fotografía de Valparaíso FIFV, el Festival de Fotografía Contemporánea de Coquimbo FOCCO, el Encuentro Regional de Fotografía Los Lagos ENFOTO de Puerto Montt, y otras instancias similares que durante todo el año se suceden de norte a sur del territorio. Muy cerca de Santiago, se realiza desde el año 2015 el Festival de Fotografía de la Sexta Región FEFS, con epicentro en la ciudad de Rancagua. Sus actividades han ido de menos a más, instalando desde las y los fotógrafos hacia la comunidad parte importante de las problemáticas y discusiones referentes a la persistencia de este arte u oficio en plena era digital.

El FEFS nunca ha sido solo el FEFS, en realidad es un sistema de divulgación y mediación que a través del tiempo se ha ido consolidando y ramificando. A la cabeza está Milko Carreño, uno de los pocos “fotógrafos profesionales” que viven y trabajan en la Región de O’Higgins. Por iniciativa suya y de su equipo nació hace una década el Taller Imagen Latente, como una respuesta a la orfandad de espacios y herramientas para el desarrollo de la fotografía en la región. Ofrecieron clases gratuitas, siempre con la disposición de superar el típico curso de elementos básicos de la fotografía para explorar, en cada alumno y alumna, la idea de proyecto, de definir y elaborar una obra propia. Con el éxito de estas sesiones, comenzaron a visualizar la posibilidad de un certamen anual, y así fue como en un mes de marzo, hace 7 años, se realizó el primer Festival que contempló workshops a cargo de los destacados Raúl Goycolea, Oscar Wittke y Elde Gelos (Miguel Ángel Felipe), junto a la participación del colectivo “Las Niñas”, conversatorios, exposiciones, intervenciones urbanas y otras actividades que Milko Carreño hoy celebra y rememora:

“Entonces se armaron 4 colectivos con fotógrafos de la región, incorporamos coloquios y talleres como parte del festival y realizamos la cuarta versión de ‘El Arte en la Pitilla’, donde la comunidad desarrolla su propia muestra colectiva, colgando sus fotografías en la plaza Los Héroes de Rancagua. Con esta modalidad hemos llegado al récord de 1.500 imágenes que la gente exhibe, comenta e intercambia. Lo fundamental siempre ha sido incorporar a la comunidad, ocupando los espacios públicos y recintos culturales, cuyos encargados nos han recibido con mucho entusiasmo; les llama la atención, pues se suele ver a la fotografía como la pariente pobre de las artes de la visualidad”.

“Arte en la Pitilla”, muestra colectiva a cielo abierto que se realiza desde el año 2012 en las capitales provinciales de la región de O´Higgins

 

DEL PIXEL AL GRANO

Ya de pantalón largo, el FEFS ha ido ganando el reconocimiento de instituciones como museos, alcaldías, casas de la cultura o establecimientos educacionales. Entre estos, la Municipalidad de Graneros se ha convertido este año en una aliada para lo que será, quizás, uno de los grandes hitos del festival: la creación de la primera Escuela de Fotografía de Graneros, la que acogerá alumnos y alumnas mayores de 18 años en una sala permanente y con toda la implementación técnica que requiere este proceso de aprendizaje.

Milko Carreño detalla: “La idea de esta Escuela es ir descentralizando desde la Región de O’Higgins hacia otros territorios y proporcionar a los y las estudiantes las herramientas técnicas para ser capaces de crear un cuerpo de obra. Está enfocado a lo artístico, no a lo comercial. No es un tutorial. La Municipalidad provee un espacio que podremos, llegado el momento, transformar en laboratorio en blanco y negro. Abrimos la convocatoria a inicios de julio y la cerramos con 168 postulantes, de ahí se hizo una selección y partimos las clases desde cero. Todos son nativos digitales, de manera que iniciamos explorando aquello que les es cercano para, cuando ya visualicen su propio proyecto de obra, pasar a la fotografía análoga, con la utilización de películas, químicos, papel, en una etapa que comprende mucho ensayo y error”.

La Escuela es una continuidad lógica tanto del Taller Imagen Latente como de toda una serie de iniciativas mediadoras que, en forma muy modesta, ha venido desarrollando el FEFS en los últimos años. A la intemperie, con toldos, mangas de regadío y hasta colgados del tendido eléctrico, han enseñado fotografía estereoscópica o talleres de cianotipia. Estas y otras técnicas las han impartido también en liceos emblemáticos y en centros de educación de adultos, produciendo imágenes y editando fanzines. La adjudicación de los Fondos de Cultura en un par de versiones no garantiza la permanencia del proyecto en el tiempo, por lo que la autogestión y un perfil “busquilla” y hasta un poco “punkie” han marcado el destino de este festival, según confiesa su director, quien ha invertido alrededor de 15 millones de pesos de su bolsillo para mantenerlo en pie.

Todo el esfuerzo pasa por buscar la práctica y el sentido actual de la fotografía, y de ahí su énfasis en agregar el apellido “de autor”, no por afanes elitistas o pretenciosos, sino muy por el contrario, como un modo de resistencia a la súper abundancia de imágenes en la actualidad, o al menos como una forma de articular, dentro de esos desplazamientos, producciones que resulten significativas desde lo local.

Lanzamiento de la colección “Los Autoestopistas”, proyecto fotoeditorial realizado por el FEFS 2016 y Ediciones La Visita

 

“Hoy todos son fotógrafos” dicen los memes en torno a esta sobrepoblación en redes sociales como Instagram y Facebook, y en efecto, nunca antes en la historia tantos y tantas circulábamos registrando instantes, paisajes, crepúsculos, baldíos, muros, fiestas, mascotas, comidas, vacaciones, hechos anecdóticos o noticiosos, denuncias, funas, manifestaciones sociales, objetos aislados. Ante este nivel de profusión y disponibilidad de las imágenes, a menudo miramos sin ver, olvidamos en un instante lo observado –incluso tratándose de escenas altamente impactantes o emotivas­– y donde se produce una suerte de anestesia colectiva desmantelándose tanto las categorías de originalidad y autoridad –abriéndose un espacio indeterminable a las apropiaciones– como de veracidad, registro o documento.

En su estudio La Furia de las Imágenes. Notas sobre la Postfotografía, el artista, docente y crítico español Joan Fontcuberta no esquiva la pregunta que muchos y muchas nos hacemos sobre lo que es una buena (o una mala) fotografía. Pues bien, en el contexto actual, conceder exclusiva importancia al valor estético de una imagen es un despropósito, las bellas imágenes circulan vertiginosamente y van cayendo, como en un espiral de olvido y recirculación. Lo que importa hoy –señala Fontcuberta­– es “la capacidad de dotar a la imagen de intención y sentido”[3].

Volviendo al sencillo pueblito de Chile central –Graneros– el fotógrafo Milko Carreño, en su calidad de director del equipo de talleristas que están encaminando el quehacer de aficionados y, eventualmente,  formando una nueva camada de fotógrafos y fotógrafas chilenos, insiste casi majaderamente en “darles herramientas para que puedan profundizar en su cuerpo de obra”, considerando además que hay muchos exponentes que ya tienen un camino recorrido a través de los talleres anteriores y las participaciones en el FEFS.

Y en la estimulación de ese trabajo propio y autoral tiene mucha incidencia lo cercano, lo que sienten y ven a diario. EL FEFS y la Escuela de Graneros están buscando acentuar la conexión de fotógrafos y fotógrafas con la región. Si pensamos solo en su capital, Rancagua, es una ciudad pequeña pero llena de lugares significativos, la que guarda tesoros del patrimonio arquitectónico y de la historia política y económica de Chile, solo pensar que Codelco nació en esa región, que la Nacionalización del Cobre en 1971 se anunció en la Plaza Los Héroes de Rancagua, que en la zona precordillerana de Coya se encuentra la Casa 100, tercera residencia presidencial, que el ex campamento de Sewell es Patrimonio de la Humanidad, que existen barrios tan emblemáticos como las poblaciones Centenario y Esperanza, o virtuosos resultados colectivos de tomas de terreno históricas, como las poblaciones Buenos Amigos y 25 de febrero, establecimientos educacionales de larga tradición, etc. Milko Carreño apuesta por resaltar estos y otros referentes, darles mayor visibilidad y trabajar creativamente con sus connotaciones.

Residencia “LA MESA DEL MAR”, Pichilemu

 

“Aquí hay mucho trabajo por hacer. En la Escuela seremos monitores, incentivaremos a los alumnos y las alumnas a visitar los lugares vulnerables, o sus propios barrios, y ayudar a la gente a crear álbumes familiares y territoriales. Pensamos a futuro crear la primera Fototeca de la región; queremos, en definitiva, conducir a las entidades institucionales a la creación de circuitos de salas y exposiciones y también de venta de obra fotográfica”.

De esta manera, el FEFS y la Escuela de Graneros están contribuyendo a la vigencia y visibilidad de una obra fotográfica local que se extienda y estimule otros laboratorios regionales. Buscando ese impulso en cada joven aficionado y aficionada o aspirante a fotógrafo(a) se busca el sentido de una fotografía viva, que no sucumba al olvido inmaterial de nuestros tiempos.

Antes de despedirnos, Milko Carreño dice convencido: “La idea es que dejemos de ser islas. Debemos crear audiencias y mediar sí o sí. La responsabilidad de quienes estamos creando es llevarlo a la comunidad”.

 

Milko Carreño Madrid es egresado de la Escuela de Imagen y Comunicación ALPES, donde realizó estudios de fotografía periodística y publicitaria. Ha trabajado como reportero gráfico con fines corporativos. Gestor cultural y dinamizador de la fotografía en su región, pone en marcha el Taller Imagen Latente el año 2012 con espacios de formación para la comunidad. Impulsor y director del Festival de Fotografía de la Sexta Región (FEFS). Ha sido miembro de la comisión asesora del Área de Fotografía del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile. Actualmente es director de la primera Escuela de Fotografía Municipal del país en la comuna de Graneros. Ha expuesto sus trabajos fotográficos en España, Francia y Chile, con 2 publicaciones a su haber: Departamento 12 (2016), perteneciente a la colección Los Autoestopistas y Parking (2022), colección El Rectángulo de ediciones La Visita.

Elisa Cárdenas Ortega es periodista y editora, especializada en el área cultural, con más de 20 años de experiencia en medios de comunicación escrita. Ha trabajado en los periódicos La Época, La Nación, El Mercurio, La Tercera, El Desconcierto, y colaborado en revistas especializadas y catálogos de artes visuales. Es autora del libro Alfredo Jaar. Gritos y susurros(Contrapunto, 2009) y en la actualidad desarrolla nuevas investigaciones y ensayos, enfocada en las vinculaciones entre artes visuales, patrimonio y sociedad contemporánea.

 

Esta publicación se enmarca dentro de la iniciativa del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile dentro del contexto del Mes de la Fotografía 2022, la cual consiste en compartir entrevistas, textos y reflexiones en torno a fotógrafas, fotógrafos y agentes relevantes de la fotografía nacional.

 

[1] Refiere a la condición del siglo XXI en que los dispositivos móviles nos acompañan a todas partes y resultan ser, prácticamente, una extensión de nuestro cuerpo.

[2] Término utilizado por teóricos de la imagen para designar una época o contexto en que la fotografía se desprende de su uso original para convertirse en otra cosa. La Postfotografía se caracteriza por la inmaterialidad y transmisibilidad instantánea de la imagen, su profusión y disponibilidad global y su aporte a la enciclopedización del saber y de la comunicación.

[3] Fontcuberta, Joan. La Furia de las Imágenes. Notas sobre Postfotografía. Galaxia Gutenberg. España, 2016.