martes 10 de marzo de 2020
El Centro de Documentación de las Artes Visuales del CNAC tiene a disposición del público el registro audiovisual del «1er Congreso Nacional de Artistas Plásticos de la APECh». Una fuente imprescindible para estudio de la historia de la institucionalidad cultural chilena desde el punto de vista de las demandas y esfuerzos sostenidos –colectivos, gremiales y políticos– por evidenciar la urgencia de agrupar en un organismo específico las distintas necesidades y problemáticas que aquejan al mundo de la cultura y, específicamente en este caso, del mundo de las artes visuales.
El 1er Congreso Nacional de Artistas Plásticos de la Asociación de Pintores y Escultores de Chile (APECh) fue realizado entre los días 15 y 17 de abril de 1993 en la ciudad de Santiago, con el apoyo de la Secretaría General de Gobierno, el Ministerio de Educación y la Municipalidad de Santiago. Tuvo como encargados de la producción del Congreso a Alejandro Molina y Eduardo Carvallo. Se desempeñaba como presidente de la APECh José Balmes y Eugenio Llona como Director de la División de Cultura del MINEDUC. Esta instancia fue antecedida por la Jornada Preparatoria que se realizó entre los días 25 y 26 de noviembre de 1992, también organizada por la APECh donde se prepararon los antecedentes del debate, se organizaron comisiones y participaron representantes de todo el país.
El encuentro nacional se desarrolló en el Museo Nacional de Bellas Artes y el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile, con el objetivo de lograr que las propuestas allí generadas se convirtieran en iniciativas legislativas, y consolidaran una institucionalidad cultural participativa, descentralizada y pluralista como mejor garantía democrática, en palabras del discurso inaugural de José Balmes. Uno de los puntos centrales fue la demanda de que, antes del término del mandato de Patricio Aylwin, el gobierno elaborara un proyecto de ley madre para el desarrollo cultural y una nueva institucionalidad para ser enviado al parlamento.
El 1er Congreso Nacional convocó a educadores de las Artes Plásticas, artistas de los distintos medios, estudiantes, críticos, e historiadores del arte, y trabajadores de la cultura en general (agentes de la producción, circulación y difusión del arte). Contó con la participación de delegados y representantes de todo Chile (Arica a Magallanes) y extranjeros, considerando la importancia de la descentralización nacional, del establecimiento de lazos con América Latina y de compartir experiencias con invitados internacionales sobre problemáticas comunes (derecho de autor, seguridad social y situación del artista, difusión y enseñanza, entre otros).
Durante el segundo día, el 16 de abril, los invitados internacionales y algunos invitados nacionales realizaron ponencias sobre distintos temas. Luis Felipe Noé (pintor argentino) se refirió a la identidad del arte latinoamericano “¿América Latina necesita pasaporte?”. Bernard Hoffert (Presidente de la Asociación internacional de artistas plásticos, AIAP) sobre la precariedad y la situación material de los artistas. También participaron de la actividad: Clerice Lambertie (artista de Bélgica); Julia P. Herzberg (EE.UU., curadora Tercera Bienal de Cuenca de 1991 y de la exposición “Recovering Histories” de 1993); Francis Biras (pintor de Francia que comentó sobre el modelo de la “Maison des Artistes”); Hugo Rojas Lara (pintor de Bolivia); Manuel López Oliva (pintor y crítico de arte de Cuba); Daniel Argimon (artista de España y presidente de la Federación Sindical de Artistas Plásticos de Catalunya).
El día de cierre, 17 de abril, la siguiente declaración fue leída por José Balmes ante todos los participantes, a modo síntesis de lo discutido en sus tres jornadas:
La situación del espacio artístico chileno ha experimentado una recuperación parcial durante el período de transición democrática. Dicha recuperación, en el marco de la actual orgánica de pacto que rige la actividad cultural chilena, no logrará recomponer en su totalidad las estructuras que la dictadura desmanteló. La debilidad de estas hoy día no permiten desarrollar los desafíos de la creación y la difusión que estos tiempos exigen, en el momento en que las filosofías del éxito parecen desplazar a las utopías, contra dicha (…) tentativa, el arte se constituye como una reserva ética.
En los trabajos de nuestro congreso se han puesto en evidencia dos problemas fundamentales: el primero relativo a la institucionalidad cultural y el segundo concerniente a la educación plástica.
Es decisión del congreso:
1º. Impulsar la creación de un organismo al más alto nivel que lleve a cabo tanto las transformaciones radicales que esta institucionalidad requiere, como la formulación e implementación de políticas en un ámbito de pluralismo, participación y descentralización.
2º. Recuperar la calidad de la educación plástica chilena en los niveles básico, medio y superior.
3º. Revalorizar la situación del artista y el educador plástico en la sociedad chilena.
Para abordar el estudio concreto de estos dos problemas, el congreso realizó sus trabajos a partir de cuatro comisiones: Creación artística, Educación plástica, Institución cultural, Actividad gremial y situación previsional. Cada una de estas comisiones elaboró un conjunto de propuestas cuyas especificaciones han dado lugar a un informe final del Congreso, el cual será entregado el día jueves 22 de abril a las autoridades…
El contexto en que se desarrolló el 1er Congreso estuvo marcado por el acontecer político, la reorganización general del Estado, sus instituciones, y la reelaboración de políticas públicas a cargo del gobierno de la transición. Se inscribe particularmente en el intento por rearticular el ámbito de la cultura tras los años de represión, así como también el de la enseñanza escolar y universitaria, considerando esta última (particularmente referido a la Universidad de Chile) una institución vital en el desarrollo cultural previo al Golpe de Estado de 1973. En las artes visuales, esta desestructuración hace que la formación, circulación y discusión sobre y desde el campo se reubique en espacios no institucionales, autónomos y autogestionados, lo que contribuyó a la disgregación de este.
El apoyo estatal y la apertura de espacios de diálogo y reflexión participativa en torno a estas cuestiones y particularmente a la institucionalidad fueron posibles dentro de la lógica de consenso propia del proceso de transición. La contingencia política de principios de los 90 –a la que no está ajeno un Congreso cuyo objetivo fue diagnosticar el estado actual de las artes visuales, problemáticas y soluciones posibles en pos de nuevas políticas públicas e institucionalidad cultural (ministerio)– fluctuó entre la organización del aparato democrático y los principios humanos que lo sustentan. Discusiones como la extensión del período presidencial y la negociación de una reforma tributaria (1993) que si bien se centran en el programa social evidentemente incidirían en los futuros presupuestos por cartera y con ello en los recién inaugurados Fondos de Desarrollo Cultural FONDART (1992), constituyeron aspectos centrales del Congreso.
Por otro, los resultados del informe de la Comisión Rettig (febrero 1991) o la creación de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (1992), eran afines a las preocupaciones de la APECh por la dignidad y derechos humanos, pero específicamente en estos años por la situación pendiente de los docentes exonerados y el retorno al país de artistas y obras. Sobre este retorno, se debe nombrar el inicio del traslado a Chile del fondo “Resistencia” del MSSA (1991-2006) y la exhibición en el MNBA de 240 obras repatriadas desde estos fondos internacionales fundados en su período de itinerancia (sept. 1991), o las obras de Guillermo Núñez reunidas para su gran retrospectiva en el MAC de octubre 1993 que incluyó entre otras su famosa serie “Jaulas”, que le valió el exilio el año 1975. Otros hitos de esta apertura democrática y su apoyo a la cultura fueron la exhibición “Museo Abierto” en MNBA (6-30 sept. 1990), la creación de la Galería Gabriela Mistral (1990), la reapertura del Museo de Arte Contemporáneo MAC (dic. 1991) y la creación de la Corporación cultural “Balmaceda 1215” (1992).
Respecto del contexto cultural, un hecho puntual incidió en el auge y apoyo a las iniciativas culturales que copaban agenda entre 1992 y 1993. El año del 1er Congreso Nacional de Artistas Plásticos, Santiago ostentó el título de “Capital Iberoamericana de la Cultura”, lo que implicó por ejemplo la recuperación del centro de Santiago, la renovación de las fachadas del eje Alameda, la rehabilitación de la Estación Mapocho como Centro Cultural y hasta la emisión especial de sellos postales que reproducían obras de Mario Carreño, Gracia Barrios, Roser Bru y Nemesio Antúnez (cuatro obras para un tiraje total de 100.000 ejemplares). Destacan dentro de las actividades la exposición del MNBA “Grecia: presencia de la escultura clásica” inaugurada el 14 de abril de 1993, un diálogo escultórico entre réplicas clásicas donadas y el quehacer nacional que evidencia su influencia –esto como parte de un ciclo mayor sobre el legado Griego en la cultura, organizado con la embajada de dicho país–, la inauguración del Museo Ralli en noviembre de 1992, el V Encuentro Arte Industria realizado en el Instituto Cultural de Las Condes en 1993, o la iniciativa Metroarte, lanzada en diciembre de 1992 y puesta en marcha el año siguiente, estos últimos, notables ejemplos a propósito de la discusión sobre el rol del mundo privado en el financiamiento de las artes.
Contagiados por este espíritu de “Capital Cultural” y para continuar con un intermedio entre ambos contextos, las instancias de diagnóstico orientadas a la reflexión sobre políticas culturales se sucedieron en el marco de una reestructuración del ámbito cultural (y educativo), pero considerando también la llegada del nuevo milenio, los desafíos y objetivos a plantear para el desarrollo futuro. Sobre el futuro, resulta iluminador el énfasis puesto en las Artes y Cultura como garantía democrática, que puede comprenderse mejor dentro del Proyecto de Educación para la Democracia (PRED) que también hizo parte de la producción del 1er Congreso Nacional de Artistas Plásticos.
Se destacan particularmente aquellos hechos que sirven de antecedente a las discusiones en torno al estado de la cultura e institucionalidad tratados en el 1er Congreso:
Como un último dato, paradojalmente el mismo año en que el mundo de la plástica nacional se reunía en el 1er Congreso APECh para solicitar con urgencia la creación de un Ministerio de Cultura, tenía lugar en Chile el “VI Encuentro de Ministros de Cultura y responsables de políticas culturales de América Latina y el Caribe”, reuniones de las que el encargado nacional Eugenio Llona había participado anteriormente (1992, Caracas, Venezuela) en calidad de Jefe de la División de Cultura del Ministerio de Educación de Chile.
Créditos fotográficos: Archivo Asociación de Pintores y Escultores de Chile, sin autor. Gentileza APECh.
Esta investigación ha sido realizada por el Centro de Documentación de las Artes Visuales, específicamente por Catalina Miranda, como parte del equipo de pasantes durante el año 2018. Contó con la colaboración de la APECh, a través de su Presidente Alex Chelew, y del Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile, a través de su Coordinadora de la Unidad de Conservación y Documentación Pamela Navarro. Fueron consultados los fondos del MAC-Uchile, la APECh, la Biblioteca Nacional y el Museo Nacional de Bellas Artes.
Revisa los Informes de Investigación
Primer Informe 1er Congreso Nacional APECh
Segundo Informe 1er Congreso Nacional APECh
Revisa documentos complementarios