viernes 21 de agosto de 2020

“FOTOGRAFÍA LOS RÍOS” COMO PARTE DEL FESTIVAL INTERNACIONAL DE FOTOGRAFÍA DE VALDIVIA 2019

Cristian Arriagada, Ánimas, 2019. (Cortesía: Cristian Arriagada)

 

Por Carolina Candia Antich

La idea de generar instancias que aborden la fotografía como un medio de expresión, relacionado con el pensamiento contemporáneo y cuestionamientos sobre nuestra experiencia humana en determinados territorios, nos ha llevado a encontrarnos de diversas formas. Ya sea en pequeños o grandes circuitos, éstas son instancias que nos hacen parte de la obstinada búsqueda por transmitir ideas, preguntas y conclusiones a través de la creación fotográfica.

Los mecanismos para abordar la realidad en el medio son cada vez más amplios. Dicha variedad se observa en las metodologías, técnicas y temáticas que nutren constantemente nuestro lenguaje visual, lo que implica mantenernos atentos y receptivos a las nuevas formas de expresión para interpretar exhaustivamente estos mensajes que recibimos a diario; un enorme torrente fotográfico que se desplaza y avanza frente a nuestros ojos. El período de confinamiento que estamos atravesando nos ha llevado a crear, mostrar, observar y recepcionar lo que provoca en nosotros este estado de incertidumbre, creando fotografía a partir del encierro. Ya sea de manera directa o poética, incurrimos a la creación como una forma de dejar un documento que nos recuerde algo que trascienda nuestros días.

Si bien toda época está marcada por referentes y formas de articular discursos artísticos, en la actualidad podemos encontrar importantes tópicos que se mezclan con la pertenencia a distintos espacios, siempre ligados al territorio en que se habita (el propio cuerpo, apegos emocionales con otros, sensaciones íntimas, espacios y objetos que nos rodean, etc.). Esto incluye también, todo lo que cada cultura trae consigo y cómo nos incorporamos y hacemos parte de ésta, desde la arista que más nos haga sentido. Los motivos que nos impulsan a querer transmitir observaciones consecuentes, se relacionan de forma directa con cómo participamos de una sociedad y cómo esta nos proporciona las dudas que intentamos resolver a partir de reflexiones visuales. La diversidad de formas de creación fotográfica –o cualquier otro nombre con que se intente encasillar a esta práctica–, habla de una cultura y de nuestra posición como individuos sociales.

La educación básica en nuestro país carece de una estructura consistente en la enseñanza de lenguajes artísticos que dificultan, desde sus bases, el desarrollo de la expresión creativa en etapas primarias de la vida. Incluso en el desarrollo posterior de los estudiantes de educación media –generalmente en la educación pública–, no se indaga en la importancia de los cuestionamientos reflexivos relacionados con los procesos creativos o componentes sociológicos, antropológicos y semióticos ligados a la historia del arte. De modo que el aporte de la expresión artística al desarrollo socioemocional de las personas pertenecientes a un colectivo social está completamente subestimado y menospreciado en Chile.

A partir de esta sistemática desigualdad educativa, los artistas que presentan intrínsecas visiones sensibles de creación se ven enfrentados a disímiles dificultades para un desarrollo profesional íntegro. El ser fotógrafo y ligarse al arte en Chile es enfrentar un traspié tras otro, parchando vacíos educativos en el camino. Es por esto que el diálogo entre realizador y espectador es parte importante de la mediación en temas de gestión artística y cultural en una sociedad, donde se crea un encuentro entre ambas partes para generar diálogos, nuevas preguntas, respuestas y reflexiones a partir de la observación de obra. El arte no está exento de las mismas problemáticas sociales y políticas que enfrentamos al habitar en un territorio delimitado por clases, estructuras, leyes, etc. Dentro del sistema artístico, romper la jerarquía artista-espectador es de suma importancia para el desarrollo, entendimiento, recepción sensible y comprensión del lenguaje que presenta una obra.

Es a partir de esta posición, que en 2018 nace la idea de realizar un encuentro en la ciudad de Valdivia que tuviese un enfoque inclusivo, transversal, abierto, con intención de diálogo y mediación en cuanto al lenguaje fotográfico y las formas de generar discursos consistentes que interpelen y cuestionen lo que asumimos como realidad. Gracias al financiamiento de FONDART Nacional, se realizó desde el 18 al 26 de octubre de 2019 el Primer Festival Internacional de Fotografía de Valdivia. Organizado por Carlos Fischer (director general), Claudio Albarrán (productor general), Carolina Candia Antich (directora artística/curadora), Anna Da Sacco (productora artística/curadora) y un gran equipo de profesionales que apoyaron la realización de este encuentro que contó con la presencia de importantes invitados a nivel nacional e internacional.

 

Jano Soto Cossio. Serie: Hasta que el cuerpo aguante, 2014-2016. (Cortesía: Jano Soto Cossio)

 

“Galerna”, de Jon Cazenave, fue la exposición principal junto a la ganadora del premio FIFVAL Constanza Araya, con “Rito y ficción”. Adicionalmente, el festival contó con la “Exposición de fotografía latinoamericana contemporánea”, integrada por Loreto Vergara (CHI), Misha Vallejos (ECU), Prin Rodríguez (PE), Felipe Retes (CHI) y Diego Moreno (MEX). Importantes representantes de nuestro país también se hicieron parte de este encuentro, tales como Paz Errázuriz, con “Ropa americana” y Cristián Ochoa, con “Wapi: colonización y resistencia”. De forma paralela a estas muestras, numerosos invitados dictaron charlas e impartieron talleres, tales como: Joao Pina, Breno Onetto, Iván Flores, Francisca Jara, Carolina Agüero, Fernando Melo, Jhonny Cárdenas, Fernando Aceña, César Scotti y los representantes de Migrar Photo, Paz Olivares-Droguett y Juan Hoppe.

 

Antar Fernández. (Cortesía: FIVAL)

 

En su primera versión,FIFVAL se propuso abarcar en su línea curatorial los conceptos de identidad y territorio.En esta dirección, uno de los principales objetivos de este encuentro se centróen la muestra de creación local, dando visibilidad a fotógrafos que, habitando la Región de Los Ríos, han construido un cuerpo de trabajo consistente, cada uno con una forma particular de plantear sus objetivos. Es así como nace“Fotografía Los Ríos”, muestra presentada en Casa Central de la Universidad Austral de Chile. El proceso implicó una convocatoria abierta a creadores regionales, con una gran participación de la comunidad, entre quienes fueron seleccionados:

Antar Fernández, cuyo trabajo es la mirada «lateral» del espacio capturado por la fotografía, que descentra la atención convencional de la imagen para situarse en aquellos sujetos ocultos o invisibilizados por el ojo, resignificando así elementos visuales y ralentizando el ritmo de la mirada para explorar en las presencias subyacentes.

Claudio Lavado, quien contempla una mirada desde la utilización de la imagen digital como dispositivo que legitima la condición de “estar presente”.  El registro se transforma entonces en un modelo de producción de realidad que se distancia del cuerpo, operando solo a nivel visual.

Cristián Arriagada, ganador de la beca Wabi Sabi otorgada por Romina Resuche en el marco del premio FIFVAL, presenta un recorrido autobiográfico de imágenes de su infancia. Sobre su trabajoafirma: “Habitar plenamente la desnudezde la noche en mi pueblo implica reconocer su ruralidad atávica y perderse en ella”.

Eduardo Asenjo, cuyas fotografíasretratan trabajadores callejeros, ligandosu técnica fotográfica a su problema de audición. En ellas se plantean las diferencias humanas que crean escenas para aspectos relevantes de nuestro cotidiano.

 

Eduardo Asenjo, serie Scars, 2017. (Cortesía: Eduardo Asenjo)

 

Fernando Aceña presenta un proyecto de registro de paisajeque vincula la cordillera de los Andes y su costa. Mediante una cámara oscura e impresiones de emulsión artesanal con la técnica Van dyke sobre papel de acuarela, en su obra confluyen la fotografía yla cartografía. Las copias son realizadas por el autor en su laboratorio móvil.

Jano Soto Cossio, quien realiza un registro autobiográficode su entorno cercano y nocturno, sin pretensiones fotográficas, realizando registro rápido e instintivo; “el acto fotográfico en el momento no es protagonista, se genera de una forma mecánica y resulta casi anecdótico, con el paso del tiempo adquiere una dimensión más profunda, los momentos fotografiados resurgen y con ellos los recuerdos, el porqué de la elección y lo azaroso del resultado”.

Martín Cordúa registra el tránsito cotidianode la ciudad, enfocado en los seres humanos, relacionando la infraestructura y el territorio.

Valeria Lopetegui, finalmente, presenta una investigación de espacios ruralesa partir de objetos, escenarios y retratos íntimos de la cotidianeidad del Lago Ranco, mostrando la precariedadpresente en dicho sector rural de la región.

 

Valeria Lopetegui, serie Lago Ranco, ruralidad y precariedad, 2018. (Cortesía Valeria Lopetegui)

 

La muestra “Fotografía Los Ríos”mezcla diversas posturas y técnicas de los autores en cuanto al desarrollo de obra, todos con un cuerpo de trabajo y edición coherentes, con un lenguaje fotográfico que busca la reflexión y la doble lectura visual. Pese a ser una muestra colectiva–que en su conjunto crea un bloque consistente y fuerte–, me pareció importante mencionar una breve referencia de cada uno de los proyectos presentados, a partir de la imperante y ya mencionada necesidad de dar cabida de manera concreta la obra de artistas que se posicionan como operadores de un medio y cuestionan el habitar –un cuerpo y un territorio–, identificándose de diversas formas.

Luego del trabajo de selección, edición y propuesta de montaje realizado junto a Anna Da Sacco, observamos la evidencia del agua como un cotidiano constante: vivir rodeados de agua, golpeados por el viento y la lluvia hundiéndose en humedales. La dicotomía diaria de estar siendo acunados o amenazados por la fuerza imperante de la naturaleza. Las diversas miradas de estos autores presentan el transitar cotidiano del tiempo entre las marejadas y las tormentas, el olor a leña quemada y la costante observación propia en los reflejos del río. Sin caer en innecesarias literalidades visuales, el cuerpo presente como primer territorio de resistencia se vuelve uno con el paisaje, apelando al imaginario y al íntimo refugio mental. Superando el registro directo de la belleza del entorno, los autores ahondan en sus dudas a partir de diversas métricas visuales que, en su conjunto, logran ir más allá del click diario de nuestros celulares y transgreden la postal valdiviana para cuestionar la realidad del recuerdo y la irrealidad del registro. La crudeza y dirección de cada relato representan una visión del propio espacio creativo, dando cabida a lenguajes íntimos y personales para reflexionar sobre el sentido de la representación de la imagen y la relectura de nuestras dudas. Así, la fotografía se presenta como un medio por el que cada autor incorpora en su obra su única y estrecha relación con el territorio desde lo cotidiano, lo social, lo político y lo mental.

 

Claudio Lavado, serie Turismo como imagen residual, 2019. (Cortesía: Claudio Lavado)

Para finalizar, me parece fundamental que los autores mencionados aquí sean vistos, que su obra trascienda la experiencia vivida en FIFVAL y que, siendo consecuentes con ejercicio de mediación, se propicie el vínculo entre creadores y espectadores, que existan diálogos cruzados, que puedan seguir nutriendo el lenguaje y aportando en la realización fotográfica nacional.

 

Instagram: @carolinacandiaantich / @fifval

Página Web: www.fifval.cl

Carolina Candia Antich (Chile, 1989). Fotógrafa, actualmente cursa el Magíster en Gestión Cultural de la Universidad de Chile. Fue directora artística de la primera versión 2019 del Festival Internacional de Fotografía de Valdivia FIVAL (2019). Su trabajo se centra en la creación fotográfica y en el levantamiento de proyectos de difusión de la fotografía.

 

Este texto se enmarca dentro de una iniciativa que realiza CNAC y el Área de Fotografía gracias al apoyo de la Secretaría Ejecutiva de Economía Creativa, la cual consta de compartir entrevistas, textos y reflexiones en torno a fotógrafos, fotógrafas y agentes relevantes de la fotografía nacional e internacional.